José Toural nace el año 1957. Si se tiene que definir en materia de origen él nos dice que es un “cien cosechas” ya que si viene al mundo en Madrid arrastra sangre gallega, abulense y toledana y, aunque la que más siente es la primera, reconoce que el mestizaje de las tres y la crianza en el cosmopolitismo de su lugar de nacimiento han forjado la persona que “hasta aquí ha llegado”.

Su trayectoria profesional -casi toda una vida- en el sector aeroportuario poco o nada ha tenido que ver con el mundo de la fotografía más allá de una extensa formación en diseño gráfico. Sin embargo su vida personal siempre ha ido acompañada de una gran pasión por la fotografía como nos cuenta, no sin cierta emoción, cómo hacía “campeonatos de fotografía” con su hija por el Zoo de Madrid y sitios similares cuando ésta sólo contaba con ocho o nueve años.

En el año 2013, época de crisis, finalmente abandona su anterior profesión y toma la decisión de formarse en lo que realmente le apasiona: LA FOTOGRAFÍA.

Tras un intenso y productivo período de formación en este campo comienza su andadura como, según nos dice, “aprendiz de profesional”.

Aunque inicialmente se define como fotógrafo paisajista, el paso por la escuela le abre los ojos a fantásticos mundos como el del retrato y así nos lo demuestra con series como “rouge, mais seulement un peu” en el que nos muestra la fusión de la belleza, la fantasía y el misterio.

Por otro lado descubre su atracción por el reportaje y casi sin darse cuente se encuentra envuelto en la creación de una nueva serie como es “unhas manos, unha terra” en la que parece que nos retrotrae a tiempos que casi todos pensamos olvidados pero que, sin embargo, aún se desarrollan hoy en día, con un esfuerzo titánico, por gentes de toda edad y condición en multitud de pueblos del extrarradio de las grandes capitales.

Pero sobre todo descubre la luz, en especial la luz natural. “un día nublado no es oscuro, tiene su luz, una luz que nos muestra la magnitud del mundo en que vivimos” nos dice mientras nos muestra su serie “lugares”, ésa de la que más orgulloso se siente y en la que ha invertido una gran cantidad de tiempo tanto en su elaboración como en la investigación en el campo del virado fotográfico.

No termina de sentirse -creemos que nunca lo hará- un profesional de la fotografía, pero si presume de sentir el mismo amor por esta actividad, por esta forma de vivir, que el mejor de ellos.